En la Clínica Mà i Cos os podemos ayudar durante todo el embarazo y acompañarte durante la preparación al parto, en todos los baches que nos podamos encontrar en el maravilloso camino hasta conocer a nuestro bebé, y en los que puedan aparecer después durante el puerperio y la crianza.
- Os ayudaremos a manteneros en forma durante el embarazo, para estar lo más ágiles y fuertes posible, con clases de preparación física al parto individuales o en grupo reducido
- Os enseñaremos el trabajo necesario para fortalecer el suelo pélvico durante todo el embarazo, para evitar pérdidas de orina o molestias.
- A partir de la semana 34 os enseñaremos el masaje perineal, para evitar en la medida de lo posible los desgarros o la episiotomía.
- Llegado el final del embarazo, cuando ya se considera embarazo a término hacemos una sesión de preparación al parto como tal. Es decir, tratamos a la mamá para facilitar que el parto de desarrolle de una manera espontánea y con la mayor facilidad posible.
- Llegado el final del embarazo, cuando ya se considera embarazo a término hacemos una sesión de preparación al parto como tal. Es decir, tratamos a la mamá para facilitar que el parto de desarrolle de una manera espontánea y con la mayor facilidad posible.
- En el postparto es fundamental hacer un chequeo global de la mamá para revisar posibles secuelas del parto y embarazo y tratarlas. Esto ayudará a que la recuperación sea lo más rápida posible y que la mamá se encuentre perfectamente para afrontar el puerperio y la crianza de su bebé.
- También os podemos ayudar y asesorar sobre la lactancia y los problemas que se puedan presentar en esta.
IMPORTANCIA DE LA PREPARACIÓN FÍSICA EN LA EMBARAZADA - Preparación al parto
Durante las 40 semanas de gestación, el cuerpo de la mujer sufre una metamorfosis en todos los sentidos, que puede llegar a poner nuestro organismo al límite en ciertos momentos.
A nivel musculo esquelético, conforme se acerca el final de la gestación, el centro de gravedad cambia su posición, obligando a la zona lumbar a aumentar su lordosis fisiológica. Esta situación acaba generando una hiperlordósis, de forma que las carillas articulares lumbares se coaptan y la musculatura se contrae; provocando dolores lumbares. Al mismo tiempo, las articulaciones sacroiliacas de la pelvis se ven obligadas a moverse más, provocando inflamación en estas estructuras (sacroileitis). Todo el peso que aumenta la embarazada lo soportan los pies y las rodillas, que normalmente terminan hinchándose por la mala
vascularización de la zona; debido a la hiperpresión que ejerce la tripa sobre la zona de los ganglios linfáticos inguinales.
A nivel sistémico, todas las vísceras se serán afectadas debido a que el feto ocupa el espacio que normalmente ocupan ellas. Su movilidad se reduce y su función se ve algo alterada.
Debido a esto, la mama puede sufrir pérdidas e infecciones de orina, malas digestiones y reflujo, estreñimiento y gases, diabetes gestacional, hipertensión arterial, congestión hepática, fatiga, etc.
Aunque parezca una exageración todo lo explicado anteriormente, ciertamente es lo que ocurre; lo que pasa es que unas mujeres lo sufren más que otras en función de su estado físico y orgánico previo al embarazo; pero sobre todo si se mantienen los más activas y en forma posible durante el embarazo.
El deporte y la vida sana (alimentación, descanso, etc.), son las únicas herramientas que pueden hacer que todos estos síntomas sean lo más llevaderos posible. Por ejemplo, el hecho de hacer ejercicio cardiovascular durante el embarazo nos ayudará a que la circulación sanguínea sea óptima y así evitar la hinchazón de piernas, los dolores de pies, rodillas y cadera; incluso el estreñimiento. Al igual que el trabajo de fuerza nos ayudará a encontrarnos más
ágiles, a soportar mejor el sobrepeso, a tener menos dolores de espalda, etc.
¡No hay que olvidar que, llegado el final del embarazo, llega el parto!
No hay que temer al parto, pero sí que hay que ser consciente de que es una carrera de fondo; y que, en mujeres primíparas, se considera dentro de la normalidad que dure 12 horas o más.
Por lo tanto, cuando más en forma estemos, mejor soportaremos tanto la fatiga muscular que se sufre en el trabajo de dilatación y parto; como la fatiga cardiovascular por el sobreesfuerzo de todo el proceso.
También es importante tener en cuenta, que cuando mejor estado físico tengamos durante el embarazo y el parto, más rápida será la recuperación en el post parto y el puerperio.
No hay que olvidar que después de todo tendremos que cuidar del bebé, que requerirá muchas energías y esfuerzo; y que día a día va aumentando de peso y lo tendremos que cargar; por lo menos el primer año, para la mayoría de las cosas (amamantar, cambio de pañal, dormir, calmar, etc.).